Autor: Ursula K. Le Guin
De la serie: Terramar #1
Sinopsis:
En el archipiélago de Terramar hay dragones, magos y espectros, talismanes y poderes. Es un mundo gobernado por la magia y, ante todo, por las palabras, pues cada cosa posee su nombre verdadero, el designado durante la Creación, que otorga a los hechiceros el dominio sobre los elementos y los animales. Sus gentes, sencillas y tranquilas, tienen como único objetivo conseguir paz y sabiduría.
Su protagonista, el joven mago Ged, experimentará una aventura que los transformará profundamente, le hará crecer y liberarse de sus miedos y represiones para convertirse en un auténtico héroe que colabore en el restablecimiento del equilibrio cósmico.
Opinión (libre de spoilers):
Quiero decir que si este libro me costó mucho acabarlo pero no es porque la historia fuera aburrida o el libro malo, no.
Tuve dos problemas: el mundo y el lenguaje. Me explico: primero, es muy brusco que de la nada, en las primeras páginas te nombre más de tres lugares de un mundo que no se conoce ni un carajo (ej. Gont, Roke, Re Albi, Baja Torninga, Osskil, Pendor, y un etcétera muy largo); luego, es un poco confuso la narración porque las oraciones son un poco complejas y a veces no entendí y otras me dio la sensación de que estaban incompletas algunas frases. Esto hizo que algunas veces durante el inicio, e incluso a más de la mitad del libro, me confundiera; fue hasta casi el final que llegué a acostumbrarme a la estructura de las oraciones.
Lo que sí me gustó mucho aunque una que otra vez me dio batalla fue que nuestro protagonista Ged (o Duny, o Gavilán, o como les plazca) es todo un trotamundos porque siendo éste apenas el primer libro, Ged ya estuvo en más de diez islas de Terramar que están salpicadas por todo norte, sur, este y oeste. Por eso me gustó que al inicio del libro se incluyera un mapa de dos páginas de lo que vendría a ser Terramar, además de que me entretenía buscando en el mapa todos los lugares que se mencionaban en el libro (y creo, no sin falta de motivos, que si se marcan en el mapa todos los lugares en que Ged estuvo, se obtendría una fabulosa telaraña...). A veces esos viajes, y la estancia en el lugar, están llenos de emoción pero otras parece como si sólo aventaran al personaje a donde tiene que estar.
Lo que me llamó mucho la atención del libro es que la magia, más que lograr hacer una ilusión o transformarse a sí mismo, radica en saber el Nombre de las cosas. Porque en Terramar el saber el Nombre Verdadero de las cosas es lo que te hace tener poder sobre aquéllo, por eso se acostumbran llevar apodos y ésa es la razón por la que aunque en el libro nosotros sepamos que se llama Ged, el resto de los personajes lo conocen como Gavilán. De ahí que revelar su Nombre a alguien es sinónimo de completa confianza.
Todos los eventos de la historia (o en su mayoría) están colgados del hilo de la búsqueda o encuentros con el antagonista: la propia sombra de Ged. Sonará tonto pero no lo es, al contrario, la sombra es el peor enemigo de un hombre porque está llena de maldad, oscuridad y odio, y el que la liberó se vuelve su presa. Aquí, Ged la libera accidentalmente en un ataque de soberbia, intentando hacer magia que él todavía es incapaz de entender en el segundo capítulo. La liberación de su propia sombra es realmente lo peor que le pudo haber pasado porque es una criatura que carece de Nombre y por tanto ambos se vuelven envueltos en un juego de cazador y presa en el que el tablero es todo el mundo.
En realidad, fue el primer capítulo el que me enganchó porque habla de la fabulosa hazaña de Duny (cuando todavía es Duny) que apenas cuenta con doce años y logró librar a su pueblo de un ataque bestial de guerreros extranjeros. De ahí, se hizo un poco cambiante porque si en el primer capítulo está con su familia, en el segundo está con su maestro Ogión y en el tercero en la escuela de magia de Roke. También, hay que decirlo, a lo largo de poco más de 200 páginas conocemos seis años de la vida de Ged, de poco antes de los trece hasta los diecinueve aunque gran parte de esos años nos la saltamos en menos de un párrafo.
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Respondo pocas veces pero...
Siempre leo todo lo que ponen y agradezco su interés en este pequeño punto en la gran masa que es la red.